viernes, 16 de marzo de 2012

Tres entradas para el teatro (2)

Hemos estado en clase hablando del teatro y, claro, en cuanto te descuidas, si vienes desde el siglo XIX y quieres llegar hasta Valle Inclán o Lorca pues el metro tiene una estación intermedia: Jacinto Benavente.

Y hablamos de Don Jacinto Benavente. Hombre de teatro, conocía el género y lo dominaba: el diálogo, el enredo, el ritmo, "era un arquitecto teatral". Por eso traemos aquí el prólogo de Los intereses creados. Quien habla así sabe lo que es el teatro y ama el teatro y vive el teatro:

"He aquí el tinglado de la antigua farsa, la que alivió en posadas aldeanas el cansancio de los trajinanltes, la que embobó en las plazas de humildes lugares a los simples villanos, la que juntó en ciudades populosas a los más variados concursos, como en París sobre el Puente Nuevo, cuando Tabarín desde su tablado de feria solicitaba la atención de todo transeúnte, desde el espetado doctor que detiene un momento su docta cabalgadura para desarrugar por un instante la frente, siempre cargada de graves pensamientos, al escuchar algún donaire de la alegre farsa, hasta el pícaro hampón, que allí divierte sus ocios horas y horas, engañando al hambre con la risa; y el prelado y la dama de calidad, y el gran señor desde sus carrozas, como la moza alegre y el soldado, y el mercader y el estudiante. Gente de toda condición, que en ningún otro lugar se hubiera reunido, comunicábase allí su regocijo, que muchas veces, más que de la farsa, reía el grave de ver reír al risueño, y el sabio al bobo, y los pobretes de ver reír a los grandes señores, ceñudos de ordinario, y los grandes de ver reír a los pobretes, tranquilizada su conciencia con pensar: ¡también los pobres ríen! Que nada prende tan pronto de unas almas en otras como esta simpatía de la risa. Alguna vez, también subió la farsa a palacios de príncipes, altísimos señores, por humorada de sus dueños, y no fue allí menos libre y despreocupada. Fue de todos y para todos. Del pueblo recogió burlas y malicias y dichos sentenciosos, de esa filosofía del pueblo, que siempre sufre, dulcificada por aquella resignación de los humildes de entonces, que no lo esperaban todo de este mundo, y por eso sabían reírse del mundo sin odio y sin amargura. Ilustró después su plebeyo origen con noble ejecutoria: Lope de Rueda, Shakespeare, Molière, como enamorados príncipes de cuento de hadas, elevaron a Cenicienta al más alto trono de la Poesía y el Arte. No presume de tan gloriosa estirpe esta farsa, que por curiosidad de su espíritu inquieto os presenta un poeta de ahora. Es una farsa quiñolesca, de asunto disparatado, sin realidad alguna. Pronto veréis cómo cuanto en ella sucede no pudo suceder nunca, que sus personajes no’ son ni semejan hombres y mujeres, sino muñecos o fantoches de cartón y trapo, con groseros hilos, visibles a poca luz y al más corto de vista. Son las mismas grotescas máscaras de aquella comedia de Arte italiano, no tan regocijadas como solían, porque han meditado mucho en tanto tiempo. Bien conoce el autor que tan primitivo espectáculo no es el más digno de un culto auditorio de estos tiempos; así, de vuestra cultura tanto como de vuestra bondad se ampara. El autor sólo pide que aniñéis cuanto sea posible vuestro espíritu. El mundo está ya viejo y chochea; el Arte no se resigna a envejecer, y por parecer niño finge balbuceos. . . Y he aquí cómo estos viejos polichinelas pretenden hoy divertiros con sus niñerías."

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Tres entradas para el teatro (1)

El día 23 de febrero, ataviados con bigotes y tricornios y el bocata de chope en la mochila nos presentamos en Madrid. Pero no, no íbamos a tomar el Congreso de los diputados. Íbamos al teatro.

Nos esperaba Max Estrella para darnos una vuelta por el Madrid de principios de siglo. En el autobús oímos, salidas de la nada, algunas de sus frases: "Lo que toco, para qué necesito verlo" "Soy el primer poeta de España" "Soy cesante, cesante de hombre libre y pájaro cantor""Yo te bautizo Saulo, soy poeta y tengo derecho al alfabeto"... Nos interesó el personaje, deseábamos conocerle.
El telón subió. a eso de las 8 y entramos en las luces... de bohemia. Y vimos a Max delirar, gritar, quejarse, palpar a la Lunares, reírse de todo quisqui... y le vimos llorar y dejarse morir: "Los muertos no hablan" fue lo último que dijo.

Algunos se hicieron fotos con los actores: los conocían de la tele.

jueves, 24 de noviembre de 2011

No hay camino

La clase es una caja de sorpresas. Un día entras con la idea de desentrañar”la esencialidad y la temporalidad en Antonio Machado” y acabas hablando de la pintura de Yves Klein, el del cuadro azul. Hoy ha sido un día de esos.

Miguel, todavía rumiando el cráneo de Phineas Gage, ha contado la historia apócrifa de Andreas Pickwick (este enlace no lleva a ningún lado).

Este trapecista danés tuvo una infancia muy difícil. Sus padres eran propietarios de una fábrica de galletas (danesas) y desde muy pequeño fue el encargado de doblar y dar la cilíndrica y característica forma a los latones que le cortaba su hermano mayor Soren. Sus manos quedaron surcadas por infinidad de cortes y de sus pulgares, sobre todo del de la mano derecha (era zurdo), apenas le quedó el hueso, de tanto corte que le daba.

Hasta que descubrió, también por casualidad, que podía tragarse el latón y se metió a trapecista. ¿Cuál es el camino que lleva a un ser, humano, de comer latón a volatinizarse y buscar el triple mortal? Machado ya lo dijo: “se hace camino al andar”.

Empezó en el circo Kindle tragando latón. Salía, apenas empezada la segunda parte, cuando el público aún no había terminado las panochas que consumían en el descanso. El número apenas duraba un par de minutos. En realidad, su trabajo principal era limpiar la pista tras las apariciones de las fieras o tensar las cuerdas de los trapecios. Solo acabada la función Andreas se atrevía a practicar sus saltos mortales y tirabuzones. Pero una desafortunada maniobra del trapecista titular, el mítico Jürgen Molden, le abrió a Andreas las puertas

de la gloria (vaya encabalgamiento).

Y así pasan las cosas, nos ha dicho Miguel cuando terminaba su historia, del latón al trapecio, del todo a la nada, de la nada al todo: “no hay camino, sino estelas en la mar”.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

El asombroso caso de Phineas Gage

Hoy les he contado a mis alumnos la increíble historia de Phineas Gage. Marina me ha sugerido, educadamente, que estas son las cosas que debería poner en el blog y aquí estoy, poniéndolo. Os adjunto un croquis para que veáis cómo atravesó la barra su cráneo.

También os enlazo el principio de la entrada de la wikipedia.

"El 13 de septiembre de 1848 Phineas Gage estaba trabajando en la construcción de una línea de ferrocarril. Su puesto era de capataz y en general era considerado como un hombre eficiente y capaz.

Una de sus funciones era colocar cargas explosivas en agujeros taladrados en la roca. Para ello llenaba el agujero de pólvora, colocaba un detonador, y finalmente lo tapaba con arena y aplastaba la arena con una pesada barra de metal. Ese día Phineas en un descuido olvidó echar la arena antes de presionar con la barra, por lo que al hacerlo hubo una chispa que hizo que explotase la pólvora. Esta explosión a su vez provocó que la barra de metal saliese disparada atravesando el cráneo de Gage y aterrizando a casi 30 metros de distancia.

La barra, que medía un metro de largo y más de 3 cm de diámetro y pesaba 6 kilos, entró a su cráneo por la mejilla izquierda y salió por la parte superior.

Sorprendentemente Gage no solo sobrevivió al accidente, sino que se mantuvo consciente en todo momento"


Si quieres seguir leyendo ve a la wikipedia y te enteras de qué ocurrió con Phineas Gage.

miércoles, 16 de noviembre de 2011

Ama tu ritmo

Después de Bécquer se avecina Rubén Darío (a este sí que dejan llamarle por su nombre). La idea del ritmo, ese ritmo que nos acompaña desde el útero materno también está presente en el poeta nicaragüense (era para usar la diéresis).

Es el ritmo, es el ritmo, no es la rima, no es solo la rima

LAS ÁNFORAS DE EPICURO


AMA TU RITMO...

Ama tu ritmo y ritma tus acciones
bajo su ley, así como tus versos;
eres un universo de universos
y tu alma una fuente de canciones.

La celeste unidad que presupones
hará brotar en ti mundos diversos,
y al resonar tus números dispersos
pitagoriza en tus constelaciones.

Escucha la retórica divina
del pájaro del aire y la nocturna
irradiación geométrica adivina;

mata la indiferencia taciturna
y engarza perla y perla cristalina
en donde la verdad vuelca su urna.

lunes, 14 de noviembre de 2011

Una antología poética

Hola:

Aquí os pongo una antología que hemos repartido en clase. Este trimestre va de poesía y hemos seleccionado algunos poemas. Los leeremos en clase y comentaremos algunos. A ver si sacamos algo en claro, si no habrá que replantearse esto.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

El gen fox p2

Lo prometido es deuda. Aquí tenéis la foto del gen fox p2. Lo he peinado y le he puesto un poco de gomina para que saliera guapo en la foto.
He tenido la tentación de titular la entrada como "Fox P2, el gen del lenguaje" pero creo que un buen periodista no debe hacer eso. NO debe elegir un titular sensacionalista que se aleje de la verdad. Y la verdad es que este gen está implicado en el lenguaje, pero es un gen más.

Si queréis saber más sobre él, este artículo explica algunos detalles: http://www.terceracultura.net/tc/?p=1655