lunes, 24 de octubre de 2011

Los conectores: sus posibilidades

Ya tenemos los resultados del concurso "Elige tu texto favorito". Se han recogido 24 votos y hay un "empate técnico" (¿qué es un empate técnico?) entre dos propuestas. Son muy diferentes entre sí y he decidido colgar las dos. El del refranero es de Silvia de 2BA y el del árbol de Minerva 2BB.

Si tenéis algo que decir pues a los comentarios.



"Dicen que lo que no mata te hace más fuerte y si no que se lo digan a Sansón. También dicen que quien siembra viento recoge tempestades, pues ya se sabe, la vida te devuelve lo que das. Dicen que como las dan las toman, sin embargo, todo el mundo se merece una segunda oportunidad, aunque como suelen decir, las segundas partes nunca fueron buenas. Dicen que quien juega con fuego se quema pero que a quien a buen árbol se arrima, buena sombra le cobija. Por otra parte, dicen que más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer, es decir, que más vale pájaro en mano que ciento volando, pues quien mucho abarca, poco aprieta. Que a pesar de que la primavera la sangre altera, en abril hay aguas mil, y al mal tiempo buena cara. Dicen que ojos que no ven corazón que no siente, pero que perro ladrador es poco mordedor. Por último, dicen que todo lo que sube, baja y que nunca hay que decir de este agua no beberé, porque como ya se sabe, a buen entendedor pocas palabras le bastan. No obstante yo digo otra cosa, y es que del dicho al hecho… hay un buen trecho. "


"Pobre árbol estúpido, pobre raíz torpe sin espíritu; lucha por crecer sin conocer el sabor del agua (y) el olor del aire, lucha por ser metal y no madera. Pobres ramas secas que mecen lunas (aunque) no las alcancen, pobres hojas efímeras, que no caen por el viento; (en realidad) prefieren el suelo a la compañía de la soledad. Maldito tronco firme, que no cede en persistencia; (no obstante), sufre; (sin embargo), muere. Amarga sabia de amargo corazón, que duerme en su pereza con su calor; que (además) consume su destino de color naranja; que ronronea bajo la guadaña, (también) caliente por la sangre de otros, tan bien calentada con la sangre de otros. (Así que) florece sufrimiento, en capullos rotos llenos del alcohol que chupan las raices; (es decir), mojados en tinta para así, (por último), escribir en ellos su destino, cubiertos de fétido aliento etílico para olvidarlo, y llorando otoños que van llegando. Pobre árbol estúpido, lucha por ser metal y es madera."

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