Y, casualidades, vino a la Escuela Isidro Ferrer. ¿Casualidades? Sí, hombre de teatro y diseñador del cartel de
Luces de Bohemia, la obra que vimos el mes pasado. Vino, estamos explicando
Luces, a cerrar el círculo... teatral.
Y empezó, teatral, con el miedo a la hoja en blanco, con el miedo a quedarse en blanco ante un público elegido. Teatral porque arrancó, y con técnica nos condujo y nos dijo (sin poder explicarlo) quién era, qué hacía, lo que nunca haría ya y lo que
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ya había hecho. Y nos condujo a la sonrisa, a la pregunta, a la curiosidad, al esbozo de una idea. Nos gustó Isidro Ferrer, nos preparó una buena.
Olvidó su sombrero y nosotros tuvimos la delicadeza de no recordárselo.
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