sábado, 17 de noviembre de 2012

El Púa: el autor literario

En estos días de lluvia que se acortan, algo fríos y algo tristes, nos toca hablar de los textos poéticos. No busquéis relación de causa efecto. Está en la programación al principio.

Primero nos preguntamos si el arte es una necesidad humana, si es una vía de ganarle algunos metros a nuestra condición, si es una vía para escapar del tiempo, si es una vía (me estoy volviendo Cospedal) para poder respirar. Yo no doy las respuestas.  


Steven Pinker, un neuropsicólogo dice que la ficción tiene poder cognitivo, nos proyectamos en lo otro.

Luego hablamos del arte de las palabras, de cómo la poesía (aquí encerramos la literatura en general) pretende devolver a las palabras todo su valor: palabras desgastadas por el uso que deben romper las cadenas de la costumbre y "hacerse nuevas". ¿Cómo? forzando los esquemas de lo previsible, causando extrañeza, desviándose... Mira cómo se desvía José Hierro: 


 Manuel del Río, natural
de España, ha fallecido el sábado
11 de mayo, a consecuencia
de un accidente. Su cadáver
está tendido en D’Agostino
Funeral Home. Haskell. New Jersey.
Se dirá una misa cantada
a las 9.30 en St. Francis.
Es una historia que comienza
con sol y piedra, y que termina
sobre una mesa, en D’Agostino,
con flores y cirios eléctricos
.

 
 Mira cómo se desvía haciendo que nos paremos ante la esquela "de todos los días". Y es que el autor literario, es el Púa, el puto amo (lo he dicho en clase con la idea de epatar). Es el dueño de un texto que solo cumple una norma: no hay normas. Y si no que se lo pregunten a Ángel González:


Esto es un poema.
Aquí está permitido
fijar carteles,
tirar escombros, hacer aguas
y e
scribir frases como:
Marica el que lo lea,
Amo a Irma,
Muera el…(silencio),
Arena gratis,
Asesinos,
etcétera.
Esto es un poema.
Mantén sucia la estrofa.
Escupe dentro.
Responsable la tarde que no acaba,
el tedio de este día,
la indeformable estolidez del tiempo.

 

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